¡¡¡¡¡¡¡¡¡ OJO, YA ESTÁ AQUÍ LA PROCESIONARIA !!!!!!!!!!!

DETALLE-DE-UNA-ORUGA

Parece que empieza a llegar la primavera, y con ella el peligro que suponen los nidos de procesionaria.

La procesionaria es una oruga, es el estado larvario de la Thaumetopoea pityocampa, una mariposa muy común en los bosques de coníferas. Estas orugas suponen un problema para las personas pero, como veremos, es muy peligrosa para nuestros perros y especialmente para los cachorros.

Después de permanecer durante todo el invierno en unas bolsas de seda colgadas en los pinos, muy características y fáciles de distinguir, con la subida de la temperatura del final del invierno, las orugas de la Procesionaria se disponen en una hilera, bajan de los árboles y buscan un sitio adecuado bajo tierra para efectuar su muda. Esta “Procesión” (de donde toma el nombre común esta oruga), les llama mucho la atención a los perros que se acercan, las huelen, juegan con las orugas y en muchas ocasiones las cogen con la boca.

BOLSA-DE-ORUGAS

PROCESIONARIA-EN-LA-CALLE

Estas orugas presentan, en su parte superior, unos pelos urticantes, similares a las púas de algunos cactus, cargados con una substancia tóxica que suelta a modo de defensa cuando se ven amenazadas. Estas púas se clavan rápidamente, clavándose muy rápido cuando se tocan y liberan el veneno. A consecuencia de ello, esta toxina una vez inoculada, provoca una irritación muy fuerte, similar a una quemadura en la zona de contacto directo y sobre todo en la piel de la cara, los labios, la lengua y la mucosa oral provocando al instante un cuadro clínico muy doloroso con picores, que de no tomarse medidas puede provocar una fuerte inflamación que puede bloquear incluso las vías respiratorias, heridas que al estar en la boca, además se infectarán, pudiendo provocar incluso la necrosis de las parte infectadas, dándose casos de perdidas parciales de la lengua.

Los síntomas que manifiestan los perros son:

  • Inflamación de la cara (edema facial) y de los párpados
  • Inflamación de los labios y de la mucosa oral
  • Inflamación de la lengua que conduce a la imposibilidad de cerrar la boca, provocando en muchas ocasiones oscurecimiento y necrosis parcial de la lengua
  • Salivación abundante
  • Jadeo, sobre todo por el dolor
  • En caso de ingesta puede provocar asfixia por edema del laringe, vómitos y hemorragias.
  • Shock anafiláctico y muerte

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Una rápida actuación veterinaria es fundamental para controlar el cuadro clínico y evitar complicaciones, que pueden conducir a un fatal desenlace. Por ello es imprescindible acudir de urgencia a un veterinario.

Como primeros auxilios se puede efectuar un buen lavado de la zona afectada con suero fisiológico o agua pero sin frotar para evitar la rotura de los pelos clavados y así evitar que se libere más toxina. En casos graves es necesaria la hospitalización con fluidoterápia por la incapacidad del animal para ingerir alimento o agua y la administración intravenosa de potentes antiestamínicos y antibióticos.

Como prevención se recomienda evitar los paseos en las zonas con pinos en los meses de febrero-marzo y sobre todo pasear con correa para poder evitar al máximo el posible contacto.

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