Claves para mejorar la convivencia entre perros y gatos
La expresión “se llevan como el perro y el gato” es muy habitual en nuestra lengua y se utiliza para expresar enfrentamiento o malas relaciones entre dos personas. Pero…¿es cierto que los perros y los gatos sean rivales? Sin duda son dos animales totalmente diferentes en varios aspectos como su comportamiento, su forma de ser o sus necesidades diarias. En nuestro habitual cuidado de mascotas, es importante conocer cuáles son las características de cada una, sobre todo si en la misma casa estamos conviviendo con, al menos, un perro y un gato. Evitar conflictos entre ambos o que se molesten es fundamental para una convivencia entre perros y gatos tranquila, sana y respetuosa. ¿Cuáles son las claves que debemos dominar para que vivir con nuestras mascotas no se convierta en un circo diario? ¡Como veterinarios te damos todas las claves!
Saber cómo son tus mascotas
Lo primero que debes tener en cuenta para garantizar una buena convivencia entre perros y gatos es conocerlos bien a ambos. Asegurarnos de que tanto un animal como el otro van a mantener una relación pacífica no es fácil, pero ante todo debemos saber bien cómo es cada uno. En líneas generales, el perro es más sociable y más activo e incluso puede entender con mayor facilidad que exista una jerarquía en la que nosotros mandamos. Además, su ritmo vital se identifica más con el del ser humano al mostrar actividad durante el día e irse a dormir por la noche. En cambio, el gato es más independiente, solitario y reacio a que dominen en su territorio. No entiende tanto de horarios, así que puede moverse por la casa mientras todos duermen.
También tienen distintas formas de entender el juego y el día a día, un gato necesita rutinas estables para evitar el estrés, mientras que los perros se adaptan con mayor facilidad a los cambios pero necesitan más atención para mantenerse de buen humor. En este sentido, también es importante tener en cuenta que la forma de jugar de cada animal es muy distinta. Los perros necesitan correr, el contacto y atrapar pelotas u objetos con la boca mientras que los gatos son más partidarios de perseguir y acechar y tenemos que ser capaces de dar a cada animal lo que necesita en cada momento.
Atender sus necesidades
En cuanto a este apartado particular, sin ir más lejos, el perro necesita salir a pasear con frecuencia mientras el gato se sirve por sí mismo en su cajón de arena, por ejemplo. En este punto es clave que mantengamos siempre sus necesidades bien atendidas, sin dar preferencia a uno u otro, sin descuidar a ninguno. Además del buen cuidado de mascotas diario, los dos deben visitar al veterinario con regularidad para estar vacunados y sanos. Este aspecto es primordial antes de que convivan juntos sin sufrir problemas de salud.
¿Cómo juntar a un perro y a un gato por primera vez?
Es esencial que, conociendo esos comportamientos diferentes, respetemos la relación de convivencia entre perros y gatos que, al principio, se establezca entre ambos animales. Debemos aceptarla e intervenir lo menos posible, dejando que las dos especies se vayan conociendo poco a poco de la manera más natural posible. Si esto ocurre en la primera etapa de vida de los dos, mucho mejor, ya que se entenderán más fácilmente y se conocerán desde cachorros. Luego, pueden forjar una gran amistad e interactuar entre ellos o, por lo contrario, mantenerse distantes, cada uno por su lado.
Eso último ya es impredecible, aunque sí tiene su relevancia que en la presentación inicial ambos peludos estén tranquilos y calmados, no excitados. Algunos consejos para facilitar ese encuentro son que el espacio sea grande, que podamos controlarlos en caso de desafío (para evitar una pelea), dejar que se miren y huelan… En la práctica nos encontramos ante una situación igual a la que ocurre entre humanos que se conocen por primera vez. La personalidad y forma de ser de cada uno influye mucho en cómo se van a relacionar y cómo serán los vínculos que forjarán entre los dos.
Comida y juguetes
Es importante planificar adecuadamente estos dos aspectos pero sin caer en el error de separar la casa por zonas, ya que esto invitaría a ambos animales a no tolerarse. Ahora bien, la comida y el agua de cada uno, siempre separadas para evitar disputas. De hecho, las rutinas de alimentación de gatos y perros son muy diferentes, por lo que debemos evitar que coman la comida de su compañero. Debemos controlar que el gato no se come el pienso del perro y viceversa. En cuanto a los juguetes, deben tener ambos los suyos para que no aparezcan celos o envidias. Cada animal sabrá cuáles son sus juguetes y, si respeta a su compañero de juegos, no intentará quitarle los suyos.
Educación con premios
Si animamos a nuestros animales a jugar, aprender trucos y responder a las órdenes que les damos, ello también ayuda a mejorar la convivencia. Además, una educación así con premios (caricias, galletas o golosinas) cada vez que se comporten bien repercute en el bienestar y la confianza mutua.
Si seguimos estos consejos en el cuidado de nuestras mascotas, poco a poco irán acostumbrándose a vivir juntas hasta que se respeten. Esto puede tardar más o menos tiempo, depende de ellos.
Veterinario Especialista en Dermatología Canina y Felina | Máster en Anestesiología
Director de Clínica Veterinaria Argos desde hace 30 años.
Comprometido con la medicina veterinaria, especializado en dermatología canina y felina, así como en anestesiología. Participo activamente en congresos nacionales e internacionales para mantenerme al día de las nuevas tendencias y tratamientos.